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GASTRITIS



Las gastritis agudas o crónicas son inflamaciones del estómago debidas, entre otras causas, a excesos o intoxicaciones en la alimentación, o una alergia o un virus.

Las primeras se traducen por náuseas, vómitos, lengua saburrosa, aliento fétido, dolores de estómago, anorexia, y a veces diarrea.


Las segundas agregan a tales síntomas un adelgazamiento acusado y, en ocasiones, vómitos de sangre.

El estómago es un órgano precioso ql que deberíamos tratar con los mayores miramientos. Acusa las infracciones a las reglas fundamentales de la dietética y de la higiene de vida, y los ardores de estómago son la primera manifestación, una señal de alarma que es peligroso negligir, so pena de encontrarse al poco tiempo con una gastritis o con una úlcera… Los ardores estomacales son debidos a la presencia excesiva de ácido clorhídrico en el estómago, y pueden ser el resultado de una mala alimentación o de un desequilibrio nervioso.

Tratamientos

Las gastritis requieren los cuidados de un especialista, pero los ardores de estómago pueden ser fácilmente neutralizables si se les trata desde un buen principio.

Ante todo, cambie la composición de sus menús, siga una dietética más sana que excluya las carnes en salsa, los embutidos, las especias, las frituras, los alimentos fermentados, las conservas, la repostería, las confituras, el pan fresco, el alcohol, el café, el azúcar refinado y las bebidas con gas.

Las sopas espesas, las carnes a la parrilla, los pescados blancos y legumbres frescas cocidas con agua y servidas con un poco de mantequilla o de zumo de limón, los purés de patata, las pastas italianas bien cocidas, los quesos frescos y los yogures, las frutas hervidas y el pan tostado, le permitirán variar sus menús sin riesgo de agravar sus dolencias estomacales.

Sazone sus ensaladas con aceite de oliva y con limón, o bien con perifollo o estragón, y sálelas muy poco.

Hasta hace poco, el limón ha tenido mala reputación, debido a su sabor ácido. Sin embargo, es un calmante de la mucosa estomacal irritada por los jugos digestivos excesivamente ácidos, ya que después de la digestión tiene un poder alcalinizante que neutraliza este exceso de acidez. Por lo tanto, es excelente beber a diario zumo de limón, con la condición de no azucararlo.

Torne sus comidas con tranquilidad, sin radio ni televisión, y coma con lentitud, masticando cada bocado largo tiempo, para que el alimento quede bien impregnado de saliva. Descanse después de las comidas y, en caso de crisis, aplique compresas calientes en la zona estomacal. Evite toda clase de agotamiento o fatiga, y aquellas contrariedades capaces de agravar sus padecimientos.

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